lunes, 9 de mayo de 2022

TORRESOLANO ESTRENA UN CAJON DE LECTURA

 

NALDA Torresolano estrena un 'cajón de lectura' a pie de la carretera LR-341

La urbanización de Nalda habilita un punto de intercambio de libros para toda la zona para darles una segunda vida


Valerie, Esmeralda y otro vecino de Torresolano en el cajón de lectura. / D.M.A.

DIEGO MARÍN A.

Paradójicamente, todo comenzó en la basura. Valérie Viala, vecina de la urbanización Torresolano de Nalda, vio que alguien había tirado una vieja estantería junto a un contenedor y se le ocurrió la idea porque es común en su Francia natal. «En casi todos los pueblos franceses hay una cajita en la que los vecinos dejan los libros que no usan o ya han leído. Es un intercambio porque, a veces, los libros se pierden si no se leen y la gente no sabe qué hacer con ellos», explica Valérie Viala.

Esmeralda Vallejo, secretaria de la asociación de vecinos de Torresolano, un auténtico núcleo de población de Nalda, con unos 180 vecinos de múltiples nacionalidades (franceses, ucranianos, rumanos, brasileños, estadounidenses, colombianos...), apunta que la idea, más inusual en España, también es habitual en Suiza y Alemania. De esta manera, en la parada de autobús a pie de la carretera LR-341, se encuentra ya instalado este 'cajón de lectura'. La idea es que cualquier persona, no hace falta que sea vecina de Torresolano, pueda tener allí un lugar de intercambio de libros. Los que no use, no le valgan o no quiera guardar, los puede dejar allí para otros posibles lectores y, a cambio, coger el que desee para disfrutarlo. Sin control, sin fecha de devolución, pero con civismo y respeto, sin abusar.

Normalmente los cajones de lectura se encuentran en lugares de paso. En el caso de este, situado en la parada de autobús metropolitano aprovechando la marquesina y el tejado, para proteger los libros de las inclemencias del tiempo. Curiosamente, la estantería encaja a la perfección. Así, uno puede guardar el teléfono móvil y entretener la espera hojeando si no leyendo un libro. Los hay ya de todo tipo, para adultos y cuentos para niños, incluso libros en inglés, italiano y alemán.

«Esto supone que las personas tengan oportunidad de leer ciertos libros que, quizá, nunca se les ocurriría comprar»

«Esto supone darle una segunda vida a los libros y que las personas tengan la oportunidad de leer ciertos libros que, quizá, nunca se les ocurriría comprar o tener en casa», señala Esmeralda Vallejo, quien desmarca la idea del concepto de biblioteca. «Es algo más social. Es una idea de Valerie y lo hemos hecho en la urbanización pero cualquiera puede utilizar este punto», advierte la secretaria de la AAVV.

Y tan ilusionados están con la idea que ya han sugerido al Ayuntamiento de Nalda establecer otro cajón de lectura diferente en el casco urbano de la localidad, quizá, en verano, en las piscinas municipales.

 

 

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